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Besprechung in spanischer Sprache
Marzo 1920. La revolución olvidada
L@s
compañer@s de la FAU de Duisburg nos presentan en este pequeño libro la
respuesta obrera contra un levantamiento militar y reaccionario, y el sesgo
revolucionario que tomó ésta, donde la entonces organización anarcosindicalista
FAUD (los "abuelos" de la FAU) tuvo un gran protagonismo e imprimió su marca
libertaria en la organización interna del "espacio liberado".
Redacción
El libro se divide en cinco capítulos y empieza con una presentación de la
situación histórica desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial, la
Revolución de Noviembre de 1917/18 y las huelgas de la minería en la Cuenca del
Ruhr. El partido socialdemócrata alemán (SPD) al principio de la Primera Guerra
Mundial abandonó su internacionalismo y se sumó a los sueños imperialistas de
los militares y del emperador alemán tras la pancarta de la política de
Burgfriede (la paz de los castillos).
En 1917/18 los soldados y l@s trabajador@s pusieron fin a esa fantasmagoría y,
tras casi cuatro años de guerra el emperador fue expulsado y fue proclamada la
República de Weimar. Las Retorepúblicas que se declararon en algunas regiones de
Alemania fueron reprimidas y eliminadas por el ejército por orden del SPD.
Asimismo, en noviembre de 1917 l@s trabajador@s de las minas de la Cuenca del
Ruhr comenzaron con una sucesión de huelgas. Éstas fueron reprimidas
militarmente por el recién creado Freikorps (cuerpo de voluntarios). Este
Freikorps jugará de nuevo un sangriento papel dos años más tarde. Sólo dos años
después de la proclamación de la República de Weimar, el 13 de marzo de 1920, se
rebelaron contra el gobierno socialdemócrata de Berlín los militares
reaccionarios, apoyados por los paramilitares prefascistas del Freikorps, por
unidades especiales de la policía y por secciones de la policía normal. El
gobierno de Berlín huyó e hizo público el, hasta ahora, primer llamamiento a una
huelga general política en suelo alemán. Ya el 15 de marzo se implanta esa
huelga general y sólo dos días más tarde, el 17 de marzo, fue desarmado el golpe
de estado. El SPD, que había sido salvado por l@s trabajador@s, quería que tod@s
volvieran a sus casas y que hicieran como si nada hubiera pasado.
El castigo a los golpistas no fue tomado con seriedad en consideración. En lugar
de eso, los mismos oficiales que acababan de dar el golpe de estado contra el
gobierno del SPD recibieron la orden de reprimir el "levantamiento del Ruhr". A
principios de abril la sangrienta tarea ya estaba cumplida. En la literatura
especializada hasta ahora no aparecían apenas ni organizaciones unionistas ni
sindicalistas. Sin embargo fueron responsables de la liberación del capitalismo
de no pocos centros en la Cuenca del Ruhr entre marzo y abril de 1920, como, por
ejemplo, Mühlheim an der Ruhr o Hamborn. También fueron, con sus programas
organizativos, una guía para l@s trabajador@s indecis@s que desde los primeros
años de la Primera Guerra Mundial se paseaban de una a otra organización. Las
organizaciones federalistas unían en ese momento en la Cuenca del Ruhr
aproximadamente a 300.000 revolucionari@s. El libro sólo entra brevemente en los
aspectos militares de aquel tiempo. En primera línea presenta a los
protagonistas: las Freikorps, el SPD y su federación de sindicatos, el ADGB,
FAUD y demás organizaciones obreras. Pero, ¿qué hicieron l@s trabajador@s en
esas cortas cuatro semanas?, ¿qué ideas, esperanzas y objetivos tenían?, ¿qué
formas de organización desarrollaron? A estas preguntas responde el capítulo
cuatro, que está a su vez subdividido en dieciséis apartados. L@s trabajador@s
establecieron comités de acción y juntas ejecutivas, controlaron la
administración, se ocuparon del abastecimiento y la educación, renovaron el
poder judicial y organizaron, además, la urgente necesidad de defensa militar
por medio de la resistencia obrera, que pronto tomó el nombre de Rote Ruhr Armee
(el Ejército Rojo del Ruhr).
Los comités de acción y las juntas populares tenían la función de reformar por
completo la administración y adaptarla a las necesidades de una "nueva sociedad"
(por ejemplo, en la ciudad de Mühlheim an der Ruhr, una de las plazas fuertes
del anarcosindicalismo) o, como mínimo, controlar de manera efectiva el antiguo
aparato del funcionariado.
Otros ejemplos son las Arbeiterwehren (tropas de defensa proletaria) que
actuaban a nivel local como una especie de "policía proletaria" y la ya
mencionada Rote Ruhr Armee, que actuaba como fuerzas móviles. Juntos eran el
brazo armado de este movimiento espontáneo.
Al contrario que la antigua policía, los militares y los Freikorps, que se
caracterizan por su estructura jerarquizada donde unos pocos dominan a una masa
que obedece, en las Tropas de Defensa Proletaria y en el Ejército Rojo del Ruhr
se tomó la resolución de que las acciones fueran solidarias y las decisiones
fundamentales se tomaran entre todos, independientemente de los distintos
objetivos. Y así las Tropas de Defensa Proletaria se crearon con el fin de
abolir la explotación y la opresión. El ejército, la policía y los Freikorps
querían, sin embargo, mantener el antiguo sistema y estaban movidos por un odio
no disimulado contra l@s trabajador@s. Este odio se muestra de manera llamativa
en el anexo del libro, en la canción de la Brigada Erhardt:
Cruz gamada sobre casco de acero
Cinto negro-blanco-rojo
Nos llaman
La Brigada Erhardt
Trabajador, trabajador
Cómo te lamentarás
Cuando la Brigada Erhardt
Se levante de una vez en armas
La Brigada Erhardt
Golpea a todos rápida y contundentemente
Corre, corre
Cerdo trabajador
A otros ejemplos, que explicitan claramente en qué se sustentaba el espíritu de
dicho movimiento, pertenecen los intentos de reformar el poder judicial y el
sistema penitenciario. También la relación del proletariado con la
anti-propaganda, en contra de las fuerzas reaccionarias, especialmente contra el
intento de estimular a l@s trabajador@s con encendidos escritos antisemitas para
animarles a perpetrar progromos (del ruso progrom: asalto a las juderías con
matanza de sus habitantes), fueron claramente rechazados. Asimismo aparecen
ejemplos de acción directa por parte de l@s trabajador@s. Se describen
igualmente problemas como el abastecimiento y la relación con la prensa. En un
capítulo extra se analiza la relación de la organización anarcosindicalista FAUD
con el movimiento en la Cuenca del Ruhr y se aclara el papel de la mujer en el
mismo. Los autores se detienen también en los problemas y fallos en los que
incurrieron l@s trabajador@s e intentan clasificarlos de la manera
más adecuada. A ello se dedica el apartado sobre el comienzo de la
militarización del Ejército Rojo del Ruhr, fenómeno no se dio en todas partes en
la Cuenca del Ruhr, pero que existió de hecho.
En los siguientes subapartados se analiza el comportamiento de los comités de
acción, de las juntas ejecutivas y de las juntas de empresas. El problema
decisivo es aquí la separación de política y sociedad, que llevó a que las
iniciativas de l@s trabajador@s para la inmedia ta socialización de las empresas
no fueran desbloqueadas de inmediato por las juntas eje cutivas. El libro se
redondea con una "vista hacia atrás para aplicar al futuro" en un amplio
apéndice. Junto a la advertencia sobre un Estado con cada vez más poder y dotado
de un aparato policial y militar, se encuentra también el intento de aclarar el
fracaso de la "Revolución olvidada". Todo ello está relacionado con la necesidad
de desarrollar una "cultura que se distinga por una solidaridad auténtica, apoyo
mutuo y la confianza en la propia capacidad de
organización del hombre".
Este libro nos muestra una visión en detalle, da ejemplos y sirve así como la
más significativa narración que de los hechos ha aparecido hasta el momento. Si
bien los autores se remiten a los amplios estudios científicos e históricos ya
desarrollados por otros autores, este libro es fundamental si se quiere entender
de una forma concisa y clara la que fue, políticamente hablando, la revolución
más grande y fundamental en Alemania desde las revueltas campesinas. Fue llevada
a cabo por medio de la acción directa, la organización federalista y la
militancia. A ello hay que añadir el valor, la voluntad de triunfo y la fe en
las propias fuerzas, la confianza no sólo en cambiar las condiciones materiales
a favor de l@s trabajador@s sino, finalmente y tras siglos de humillaciones,
degradación y avasallamiento, establecer la merecida dignidad humana. También
está claramente presentada la otra cara de la moneda: El capítulo sobre las
agrupaciones de voluntarios Freikorps muestra claramente que el
nacionalsocialismo no cayó del cielo sino que está prendido en lo más profundo
de una tradición militar de siglos. "La huelga general es el `sinsentido general'",
así repetía sin cesar la dirección de los socialdemócratas a sus afiliados desde
hacía décadas... hasta 1920. En ese año sus aliados políticos (prefascistas) de
la Primera Guerra Mundial se revolvieron contra ellos mismos y contra el
gobierno de Berlín. El SPD, sólo para segurarse sus prebendas, convocó en 1920
la huelga general.
Las fronteras no discurrían entre izquierda y derecha sino entre centralistas y
federalistas: los fascistas y el SPD de un lado y sindicalistas y unionistas/comunistas
de base del otro lado. Esta coalición entre fascistas y SPD se alargó hasta
1933, cuando los sindicatos social-demócratas y los nazis celebraron juntos el
Primero de Mayo con grandes manifestaciones:¡Esto no se debe olvidar!
El libro es en cierta manera una rememoración, pero también una llamada de
atención para tener en cuenta nuestras propias fuerzas en vez de encomendarse a
cualquier dirección o líder. Es una llamada a restablecer el honor y la dignidad
humana. La presente edición incluye un anexo con bibliografía, textos de
canciones y fotos que completan lo expuesto.
Fuentes del artículo: Helge Döhring (FAU-Bremen) y Rudolf Mühland (FAU-Düsseldorf).
Traducción y reelaboración: Rita Maíz.
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